LEYENDAS

 

Los Hermanos Ayar 

(Cusco)

 Según este mito, en tiempos muy remotos aparecieron cuatro hermanos con sus respectivas hermanas que al mismo tiempo eran sus esposas: Ayar Manco, Ayar Cachi, Ayar Ucho y Ayar Auca, todos los cuales salieron de unas cuevas o pacarinas ubicadas en el cerro Tamputocco que queda en el lugar llamado Pacaritambo, cerca a Paruro, al sur del Cusco.

Los Hermanos Ayar (Foto: Internet)

Pacarina quiere decir, precisamente, lugar de origen; y ellos, en busca de una tierra fértil donde residir, emigraron rumbo al norte, hacia el Cusco.


Varios años duró este peregrinaje, en los cuales sucedieron hechos prodigiosos, como la transformación de Ayar Cachi en Huamán o gavilán, y la transformación de Ayar Ucho en ídolo de piedras que después se le llamó huaca de huanacauri.

Los Hermanos Ayar (Foto: Internet)
Mientras tanto, Ayar Auca, convertido en ave tomó posesión del sitio donde después fue levantado el templo del sol; luego de lo cual también se transformó en ídolo o huaca de piedra.

 

 

EL MISTERIOSO MUSEO DEL ALGARROBAL

MOQUEGUA-ILO

 Los que viven cerca del ahora museo del Algarrobal, cuentan que hace mucho tiempo,
en la provincia de Ilo en el distrito del Algarrobal se construyó una vivienda que tenía como finalidad convertirse en museo.

Al término de esa edificación, empezaron a implementar el interior de la vivienda con algunos restos que dejaron los hombres antiguos que vivían en ese lugar.

A pesar del tiempo transcurrido, se dice que al promediar la media noche, se oían voces y sonidos como si estuvieran trabajando en una chacra , cuidando el ganado, y lo más misterioso es que se escuchaba el ladrido de un perro. Es por esa razón, que ninguno de los que cuidaban el lugar se atrevía a entrar a la casa.

Cierto día uno de los vigilantes junto a un arqueólogo, se atrevieron a entrar al lugar. Esperaron hasta media noche y al toque del reloj que marcaba las doce empezó nuevamente el bullicio, entonces vieron que de pronto se le apareció un perro que ladraba; mientras ellos caminaban por el museo, pasados unos minutos, desaparecieron las voces y aquel ladrido, los hombres se tropezaron y con mucho miedo se levantaron, lo único que ellos deseaban en ese instante era salir de aquel lugar.

Al día siguiente, los hombres se pusieron a cavar, y encontraron que dentro de aquella excavación los restos óseos de una persona con sus bienes, acompañado del esqueleto de un perro.

Consultando a los pobladores del lugar, los hombres se enteraron que en ese lugar hace muchos años vivieron hombres llenos de bienes y que tenían como guardián un perro. Esos hombres son conocidos como los Chiribaya.

Desde entonces, es común para aquellos pobladores escuchar los ladridos del perro y aquellas voces misteriosas. Muchos dicen que el perro sale del museo y va a tomar agua del río los días martes y viernes al promediar la media noche.


 LOS DOS AMIGOS Y LA SIRENA
MOQUEGUA-ILO

 Se cuenta que hace mucho tiempo, en el puerto de Ilo, ubicado al sur del Perú en el departamento de Moquegua, vivía Alberto, un pescador.
Un día Alberto salio de faena al mar con su lancha, junto con su mejor amigo de nombre Pío.


Estando ya en altamar, Alberto sintió cansancio por las largas horas que navegaba. Al llegar la noche y preocupado porque no habían pescado nada, decidieron regresar al muelle Fiscal y desviando la proa, enrumbaron a sus casas. Pasada media hora, ambos amigos escucharon una melódica canción en medio de la noche y el brillo del mar que provenía de un conjunto de rocas.

Ellos pensaron que era el viento con el vaivén de las olas y no le dieron importancia al sonido.

Pio, remando más despacio, decidió ver que animal provocaba tan bello sonido y divisando a una sirena hermosa con cabellos cristalinos, ojos brillantes y con una silueta de mujer inigualable, ella llevaba entre sus manos una varita que daba buena suerte.

Pío se puso a pensar en ese momento en los rumores de vertían otros pescadores de la suerte y la fortuna que traía la varita de la sirena.

Entonces decidió arrebatarle la varita a la sirena. Antes de hacer ello, la sirena se zambulló al mar. Pío dio un salto, tomó la varita y de otro brinco volvió a la lancha y remó como nunca antes lo había hecho, y se alejó de ese lugar.

Alberto le preguntó el porqué de aquella acción tan peligrosa a su amigo y este le respondió y solo estaba ejercitando los músculos y así en medio de la conversación se dirigieron hacia el muelle.

Estando en el muelle Fiscal se bajaron los dos apresurados para tomar café en la casa de Pío.

Cerca de las dos de la mañana, Pío no podía dormir tranquilo por la acción que había realizado en el mar y mientras pensaba , nuevamente escuchó la melodía. Él se levanto asustado y miró por la ventana, era la sirena que lo llamaba entre las olas del mar y el oscuro ocaso.

Pío salió a pasear para borrar el miedo que llevaba dentro. Se encontró con Alberto y decidió contarle lo que venía ocurriendo todas las noches.

Alberto, le dijo que la última vez que fueron al mar, saltó de la lancha y vio que había cogido algo brillante ¿Qué era?-preguntó- no era nada –dijo Pío.

Sin haberle creído Alberto le respondió: “Esa es la varita de una sirena y mientras tú la tengas te traerá mala suerte; es mejor que la devuelvas antes que pase más tiempo, porque cuando la llegues a tocar, en el Mar te va a pasar algo muy malo”.

Después de la conversación, Pío regresó corriendo a su casa, cogió la varita y se fue a tirarla al mar en un lugar muy alejado para que nadie lo viera. Pero en su mala suerte pisó un pozo de agua. De inmediato, Pío se convirtió en una inmensa peña.


El poder de la varita hizo que desde ese día, ese lugar se convirtiera en una piscina natural de aguas quietas y cristalinas conocida actualmente como Puerto Inglés.



LA MISION DEL COLIBRI


Cuentan que hace muchísimos años, una terrible sequía se extendió por las tierras de los quechuas.
Los líquenes y el musgo se redujeron a polvo, y pronto las plantas más grandes comenzaron a sufrir por la falta de agua.
El cielo estaba completamente limpio, no pasaba ni la más mínima nubecita, así que la tierra recibía los rayos del sol sin el alivio de un parche de sombra.
Las rocas comenzaban a agrietarse y el aire caliente levantaba remolinos de polvo aquí y allá.
Si no llovía pronto, todas las plantas y animales morirían.
En esa desolación, sólo resistía tenazmente la planta de qantu, que necesita muy poca agua para crecer y florecer en el desierto. Pero hasta ella comenzó a secarse.
Y dicen que la planta, al sentir que su vida se evaporaba gota a gota, puso toda su energía en el último pimpollo que le quedaba.
Durante la noche, se produjo en la flor una metamorfosis mágica.
Con las primeras luces del amanecer, agobiante por la falta de rocío, el pimpollo se desprendió del tallo, y en lugar de caer al suelo reseco salió volando, convertido en colibrí.
Zumbando se dirigió a la cordillera. Pasó sobre la laguna de Wacracocha mirando sediento la superficie de las aguas, pero no se detuvo a beber ni una gota. Siguió volando, cada vez más alto, cada vez más lejos, con sus alas diminutas.
Su destino era la cumbre del monte donde vivía el dios Waitapallana.
Waitapallana se encontraba contemplando el amanecer, cuando olió el perfume de la flor del qantu, su preferida, la que usaba para adornar sus trajes y sus fiestas.
Pero no había ninguna planta a su alrededor.
Sólo vio al pequeño y valiente colibrí, oliendo a qantu, que murió de agotamiento en sus manos luego de pedirle piedad para la tierra agostada.
Waitapallana miró hacia abajo, y descubrió el daño que la sequía le estaba produciendo a la tierra de los quechuas. Dejó con ternura al colibrí sobre una piedra.
Triste, no pudo evitar que dos enormes lágrimas de cristal de roca brotaran de sus ojos y cayeran rodando montaña abajo. Todo el mundo se sacudió mientras caían, desprendiendo grandes trozos de montaña.
Las lágrimas de Waitapallana fueron a caer en el lago Wacracocha, despertando a la serpiente Amarú. Allí, en el fondo del lago, descansaba su cabeza, mientras que su cuerpo imposible se enroscaba en torno a la cordillera por kilómetros y kilómetros.
Alas tenía, que podían hacer sombra sobre el mundo.
Cola de pez tenía, y escamas de todos los colores.
Cabeza llameante tenía, con unos ojos cristalinos y un hocico rojo.
El Amarú salió de su sueño de siglos desperezándose, y el mundo se sacudió.
Elevó la cabeza sobre las aguas espumosas de la laguna y extendió las alas, cubriendo de sombras la tierra castigada.
El brillo de sus ojos fue mayor que el sol.
Su aliento fue una espesa niebla que cubrió los cerros.
De su cola de pez se desprendió un copioso granizo.
Al sacudir las alas empapadas hizo llover durante días.
Y del reflejo de sus escamas multicolores surgió, anunciando la calma, el arco iris.
Luego volvió a enroscarse en los montes, hundió la luminosa cabeza en el lago, y volvió a dormirse.
Pero la misión del colibrí había sido cumplida…
Los quechuas, aliviados, veían reverdecer su imperio, alimentado por la lluvia, mientras descubrían nuevos cursos de agua, allí donde las sacudidas de Amarú hendieron la tierra.
Y cuentan desde entonces, a quien quiera saber, que en las escamas del Amarú están escritas todas las cosas, todos los seres, sus vidas, sus realidades y sus sueños. Y nunca olvidan cómo una pequeña flor del desierto salvó al mundo de la sequía.


EL CONDOR Y LA CAMPESINA

La historia cuenta que en un pueblo vivía un padre y su hija……. Ellos vivía en una casita de adobe y rodeada de un jardín lleno de flores.
La chica tenía sus animales que cada mañana los llevaba a pastear al campo, en eso se apareció un joven que vestía un sacón negro con una chalina blanca y un sombrero negro.
El joven se enamoro de la chica y decidió acercarse a ella como un amigo, todos los días se veían en las mañanas y jugaban a cargarse entre ellos, él chico decidió llevársela, el chico la cargo y le dijo a la chica no abras los ojos y agárrate fuerte de mi .el chico empezó a correr y estiro su brazos y se la llevo a su nido que quedaba en lo mas alto de una montaña. La chica al abrir los ojos se dio cuenta que el chico era un cóndor…………………..pasaron días ….meses…..años ……
Ahora la chica era la mujer del cóndor y había tenido un hijo del cóndor .la mujer se sentía triste porque hace mucho tiempo que no veía a su padre y lo extrañaba bastante ………un día apareció un colibrí grande casi del porte del cóndor , el colibrí escucho llorando a alguien y fue a ver que es lo que pasaba ……el colibrí conoció a la chica y empezaron a hablar y la chica le conto toda su historia y le pidió un favor al colibrí ……le dijo: que le ayude a bajar de aquí para que pueda ver a su padre. Y a cambio le daba su jardín lleno de flores.
El colibrí bajo a la casa de la chica y le dijo al padre de la chica que sabia donde se encontraba su hija……el padre le suplico para que le llevara donde su hija para que la pueda ver. El colibrí le dijo que tenia un plan, le dijo que consiguiera un burro flaco y dos sapos uno chico y uno grande. El padre se fue a conseguir todo lo que le pidió el colibrí.
Al día siguiente el padre y el colibrí fueron donde estaba la chica dejaron abajo el burro para que el cóndor lo viera y piense que esta muerto para que baje y se lo coma mientras que el padre y el colibrí subieran al nido a rescatar a su hija y su nieto …….los sapos que llevo el padre de la chica era para que piense el cóndor que su esposa y su hijo se han convertido en sapos ………..después de tiempo el cóndor averiguo que es lo que avía pasado y descubrió que el colibrí abría ayudado a su esposa para que es carapa .
El cóndor de cólera decidió comérselo al colibrí, el colibrí astuto se avía revolcado en ají. Cuando el cóndor se lo comió al botarlo como eses salían colibrís chiquititos….por eso ahora los colibrís son de pequeño tamaño.

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